ACHIPIA publica estudio sobre evaluación de riesgo de residuos de plaguicidas presentes en muestras de lechugas y espinacas de la Región Metropolitana

07 diciembre 2020.-Los niveles de residuos detectados no suponen un riesgo para la salud de los consumidores en el largo plazo, sin embargo, el estudio reafirma la necesidad de mejorar las buenas prácticas agrícolas en materia de aplicación de plaguicidas por parte del sector hortícola para de esta manera disminuir los niveles de residuos de plaguicidas presentes en hortalizas.

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Una de las contribuciones más importantes de la Agencia al Sistema Nacional de Inocuidad y Calidad Alimentaria (SNICA) es precisamente la generación de información basada en ciencia que permita mejorar las normativas relativas a inocuidad y calidad alimentaria y también el desempeño de los organismos públicos que tienen a cargo la tarea de velar por la salud pública y la competitividad del sector. Es por ello, que en el marco de la implementación del modelo de análisis de riesgos alimentarios, ACHIPIA acaba de publicar el estudio denominado “Evaluación del Riesgo a la Salud de la Ingesta Dietaria de Residuos de Plaguicidas Presentes en Muestras de Lechugas y Espinacas Obtenidas en Mercados Mayoristas de la Región Metropolitana”. El estudio fue liderado por Eduardo Aylwin, ingeniero agrónomo, y contó con la colaboración de los médicos veterinarios Gustavo Sotomayor y Natalia Martínez, todos miembros del Área de Análisis de Riesgos de ACHIPIA. El análisis se basó en muestras tomadas en noviembre del año 2018 correspondientes a dos especies de hortalizas de hojas verdes, a saber, lechugas (Lectuca sativa) y espinacas (Spinacia oleracea). Se obtuvieron en forma aleatoria desde diferentes locales de los dos principales Centros de Abastecimiento de la ciudad de Santiago: El Mercado Mayorista Lo Valledor y La Vega Central. En ambos mercados se recolectaron 126 muestras de lechugas y 100 de espinaca. Del total de muestras de lechugas, 76 correspondieron a la variedad Marina y 50 a la variedad Escarola.

El método de investigación consideró el análisis de residuos luego de someter las muestras a procedimientos de lavado y cocción similares a los que son realizados habitualmente por los consumidores. Ambos procedimientos, denominados T1 y T2, consideraron: eliminación de hojas y tallos, lavado individual de hojas con agua potable corriente, drenaje del agua a través de colador doméstico y retiro de exceso de agua con centrífuga de verduras manual. T1 y T2 se diferenciaron por la aplicación de 3 minutos de remojo (T1) y cocción por 3 minutos (T2) para el caso de las espinacas. “Dado que algunos tratamientos domésticos contribuyen a disminuir la concentración de residuos de plaguicidas en alimentos, los análisis de multiresiduos se realizaron post tratamiento, con el fin de asemejar las condiciones de ingesta probable por parte de los consumidores”, afirmó Eduardo Aylwin, autor del estudio. A partir de los resultados obtenidos se realizaron análisis cualitativos y cuantitativos respecto de los plaguicidas detectados, número de muestras con detecciones, así como la situación de cumplimiento con las normas nacionales de Límite Máximo de Residuos (LMRs) y de autorización de uso de plaguicidas, y se establecieron algunas comparaciones con resultados de años anteriores. Adicionalmente, se llevó a cabo un proceso de evaluación de riesgos al consumidor que consideró estimaciones de exposición dietaria y caracterización del riesgo.

En los  análisis de multiresiduos se consideró una lista de 455 analitos. Cabe señalar que un analito es una especie química cuya presencia o contenido se desea identificar y cuantificar, mediante un proceso de medición química.

Resultados

Se detectaron residuos de 15 plaguicidas en 101 de las 226 muestras analizadas. En lechugas variedad marina, hubo detección en 51 de las 76 muestras (67%) y en la variedad escarola en 3 de las 50 muestras (6%). Para el caso de espinacas, a partir del tratamiento T1 (lavado) hubo detección de residuos en 27 de las 50 muestras, es decir, un 54% y en espinacas sometidas al tratamiento T2 (lavado y cocción) se detectaron plaguicidas en 20 de las 50 muestras (40%). En un 55% de las muestras no hubo detección de plaguicidas, es decir, en 125 de las 226.

Un 35% de las 100 muestras de espinacas excedieron los Límites Máximos de Residuos correspondientes, para dithiocarbamatos (fungicida), clorpirifos-etil (insecticida), metamidofos (insecticida) y linuron (herbicida). En el caso de lechugas, un 27% de las 126 muestras (34)  excedieron los LMRs para metamidofos (insecticida), clorotalonil (insecticida), azoxistrobina (fungicida), profenofos (insecticida) y carbendazima (fungicida). En cuanto a los niveles de cumplimiento con los LMRs, así como los principales plaguicidas que aparecen excediendo los LMRs, los resultados obtenidos en el estudio son similares a los datos generados por el Programa de Monitoreo de Residuos de Plaguicidas (PMRP) del SAG en los años 2016-2017, disponibles en los Reportes de Notificaciones de la Red de Información de Alertas Alimentarias, RIAL, de 2016 y 2017.

A pesar del bajo nivel de cumplimiento con los Límites Máximos de Residuos establecidos (35 de las 100 muestras de espinacas excedieron los LMRs en 4 plaguicidas y en el caso de las lechugas, 34 de las 126 muestras excedieron los LMRs en 5 plaguicidas) observado en el estudio, los niveles de residuos detectados no suponen un riesgo para la salud de los consumidores en el largo plazo (exposición crónica) para ninguno de los plaguicidas detectados. En cuanto a la evaluación de exposición de corto plazo (exposición aguda), los niveles de residuos de 14 de los 15 plaguicidas evaluados no suponen un riesgo para la salud. Sin embargo, en el caso de metamidofos, una muestra de espinacas alcanzó el 100% de la Dosis de Referencia Aguda (DRA) y cinco muestras de lechuga marina superaron el 100% de la DRA. Para estos casos no se puede descartar un riesgo para la salud de los consumidores. La Dosis de Referencia Aguda se refiere a la cantidad de una sustancia por kilogramo de peso corporal que puede ser ingerida en una comida o en todo un día sin ningún efecto perjudicial identificable para el consumidor.

¿Qué es un Límite Máximo de Residuos de Plaguicidas, LMR?

Un LMR es la concentración máxima de residuos de un plaguicida (expresada en mg/kg) legalmente permitida en productos alimenticios para consumo humano, en la superficie o su parte interna, según corresponda. Los LMR se basan en datos de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y tienen por objeto lograr que los alimentos derivados de productos básicos que se ajustan a los respectivos LMR sean toxicológicamente aceptables.

¿Es seguro el consumo de alimentos que exceden el LMR de un determinado plaguicida?

Esta pregunta solo se puede contestar realizando una evaluación de exposición dietaria, como la que se llevó a cabo en este estudio. Una evaluación de exposición dietaria es un procedimiento que consiste en determinar cuál es la cantidad de plaguicida que se ingiere a través del consumo de un alimento (ingesta). Lo anterior está determinado por la concentración de residuo del plaguicida presente en el alimento y por el nivel de consumo de ese alimento por un determinado grupo poblacional. Posteriormente, el nivel de ingesta se compara con el valor toxicológico de referencia de largo plazo, denominado Ingesta Diaria Admisible, IDA, y de corto plazo denominado, Dosis de Referencia Aguda, DRA. Si el nivel de ingesta supera la IDA o la DRA, entonces sí se está frente a un riesgo potencial a la salud de los consumidores, por el contrario, si la ingesta no supera la IDA o la DRA, entonces es posible descartar riesgos a la salud de los consumidores.

 

 

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