En la pasada reunión del 45° Período de Sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius (CAC) en Roma, bajo el tema de agenda 4.6 “Labor del Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas (CCPR) para su adopción o aprobación por la comisión” se incluyó el documento sobre “Directrices para el reconocimiento de sustancias activas o usos autorizados de sustancias activas de baja preocupación en materia de salud pública que se consideran exentos del establecimiento de límites máximos de residuos (LMR) o que no dan lugar a residuos”.
La elaboración de la directriz fue propuesta por la delegación de Chile en la 50° Reunión del CCPR, en 2018, con el fin de contar con un documento de referencia internacional con criterios para el reconocimiento de plaguicidas de baja o nula toxicidad, entre ellos los bioplaguicidas, que sean considerados exentos del establecimiento de Límites Máximos de Residuos (LMRs), y de esta manera facilitar el registro o autorización en países, que, como Chile, no cuentan con dichos criterios. De esta forma, la intención es que el uso de estos plaguicidas en la agricultura contribuya al reemplazo de plaguicidas tradicionales de síntesis química y se mejore la inocuidad de los alimentos.
En 2018, la iniciativa propuesta por Chile fue apoyada unánimemente y el Comité del CCPR decidió establecer un grupo de trabajo electrónico presidido por Chile y copresidido por Estados Unidos e India, con el mandato de elaborar las directrices.
Eduardo Aylwin (ACHIPIA) junto a Roxana Vera (SAG) en una de las reuniones internacionales del Codex Almentarius.
Luego de cuatro años de trabajo liderado por Chile en el cual participaron más de 30 miembros y observadores del CODEX, la delegación chilena presentó en julio de 2022 la propuesta de directriz la cuál fue aprobada en la 53° Reunión del CCPR. El trabajo fue liderado por Eduardo Aylwin, profesional de ACHIPIA, y contó con el apoyo fundamental de la coordinadora del Subcomité Nacional del Codex sobre Residuos de Plaguicidas, alojado en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). También contó con el trabajo mancomunado de otras instituciones que conforman el Subcomité, entre las cuales se cuentan el Ministerio de Salud (MINSAL), la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas (AFIPA), la Asociación Gremial de Importadores y Productores de Fitosanitarios, Fertilizantes y Bioestimulantes para la Agricultura (IMPPA) entre otras.
“Para Chile la adopción de esta directriz marca un hito a nivel internacional, ya que fuimos quienes lideramos esta iniciativa desde el 2018 y luego de un arduo trabajo en la reunión 53 del CCPR se logró por consenso proponer su adopción en la 45 Comisión del Codex Alimentarius, lo que finalmente se hizo efectivo. Estas directrices permitirán a los países contar con criterios y orientaciones que les faciliten el reconocimiento de sustancias de baja preocupación en materia de salud pública como una alternativa para los plaguicidas tradicionales”, señala Roxana Vera, jefa del subdepartamento de Acuerdos Internacionales del SAG y coordinadora del Subcomité Nacional del Codex de Residuos de Plaguicidas.
La adopción de la directriz constituye un verdadero orgullo para Chile y el Ministerio de Agricultura, ya que refleja el liderazgo y el prestigio que el país viene ejerciendo a través de iniciativas similares que se están desarrollando en otros comités del CODEX tales como; el Comité de Higiene de los Alimentos (CCFH), sobre Etiquetado de Alimentos (CCFL) y de Residuos de Medicamentos Veterinarios de los Alimentos (CCRVDF).
Estas mismas directrices serán presentadas en 2023 al Grupo de Expertos en Bioplaguicidas (EGBP) de la OCDE, instancia en la que participa ACHIPIA y que sigue con interés este tema ya que también forma parte de su agenda de trabajo.
